La nanomedicina ha dado lugar a nuevas estrategias en el abordaje del cáncer, tanto en lo que a diagnóstico y tratamiento se refiere. Una de las líneas de actuación más recientes es la de la eliminación selectiva de las células cancerosas mediante generación de hipertermia, utilizando nanopartículas magnéticas y que fue aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en julio de 2010 para el tratamiento de tumores sólidos, como los cerebrales, ya que han proporcionado muy buenos resultados en la reducción de su tamaño, con mínimos efectos secundarios.
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Laura M. Lechuga, profesora de investigación del CSIC ha presentado su trabajo sobre el presente y el futuro de la nanociencia tomando como referencia los últimos avances en nanodiagnóstico, nanoterapia y medicina regenerativa. Respecto al tratamiento, evidencia la utilidad de encapsular fármacos en nanosistemas, como las nanocápsulas, nanopartículas, liposomas o dendrímeros que contengan el fármaco de forma nanoestructurada. Hasta ahora han sido aprobados un centenar de medicamentos basados en este sistema, que confiere “mayor eficacia y solubilidad” y facilita la administración de una dosis menor.
También se está trabajando en conseguir nanosistemas de liberación de fármaco dotados de inteligencia, de tal forma que actúen selectivamente, con el fin de que identifiquen aquellas células sobre las que deben actuar. Se persigue que los fármacos estén dotados de un sistema de reconocimiento, de modo que apunten a una diana específica, como un sistema antígeno-anticuerpo, y que actúen solo cuando lo encuentren. En definitiva, se trata de una liberación controlada del fármaco para que intervenga solamente sobre la zona enferma.
Una de las líneas de actuación más importantes está basada en el uso de nuevas nanoterapias para la eliminación selectiva de células tumorales mediante el uso de nanopartículas magnéticas que se inyectan en los tumores. Estas partículas, tienden a acumularse preferentemente en las células cancerosas y penetran en ellas mediante endocitosis. Las partículas se calientan por agitación térmica y provocan la destrucción de las células tumorales, sin dañar las que están sanas. Los resultados del estudio confirman que se logra una reducción del tamaño de los tumores. Se trata de la primera terapia de hipertermia con nanopartículas que inicialmente se está aplicando en combinación con quimioterapia para la eliminación de los tumores cerebrales.
Otra de las aplicaciones de la nanomedicina es la generación, a través de sistemas nanoestructurados, de tejidos y órganos a la carta para el desarrollo de la medicina regenerativa (en la actualidad ya hay grupos que han conseguido fabricar vasos sanguíneos y tráqueas artificiales ).
En lo que a nanodiagnóstico se refiere, es reseñable la utilización de la inyección de oro, magnética o de puntos cuánticos, para mejorar la resolución y selectividad de las imágenes que ofrecen la PET, la TC (Tomografía Axial Computerizada) y la RM (Resonancia Magnética).
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